jueves, 12 de enero de 2012

UNIDAD IV: En que consiste la educacion fisica

La Educación Física


Desde una perspectiva pedagógica, la educación física contribuye de manera

importante y específica a la formación integral de los adolescentes en la escuela

secundaria. La vigorización y el conocimiento de su cuerpo mediante el movimiento,

la relación y la convivencia con sus pares, la identificación y la puesta

en acción de su potencialidad física, brindan al alumno de secundaria una mayor

conciencia de su personalidad. Dicho de otro modo: cuando un adolescente

se mueve, actúa como un ser total capaz de manifestar los conocimientos,

los afectos, las emociones, las motivaciones, las actitudes y los valores que ha

adquirido a lo largo de su vida en los contextos familiar, social y cultural, y particularmente

en la educación recibida durante los años que ha permanecido en

la escuela.

El sentido formativo de la educación física consiste en interrelacionar

todos estos aspectos para conferirle a la motricidad de los estudiantes un carácter

intencional, consciente, que implica un razonamiento continuo sobre

las realizaciones y acciones motrices, a la vez se pretende acercar a los alumnos

a experiencias y actividades que los lleven al conocimiento de sí mismos y a la

construcción de su identidad.

Durante la práctica de la educación física, el alumno de secundaria

debe cumplir reglas para el juego limpio, no sólo porque sin ellas difícilmente

podría efectuar la acción, ejecutarla en un contexto y regular su participación,

sino también porque en las actividades de educación física establece un

vínculo activo con los demás y lo hace mediante su cuerpo en movimiento, lo

cual le exige pensar en los otros, actuar junto a ellos, respetarlos, apreciarlos,

tolerarlos, tomar partido –por todos, por algunos o por alguien en particular–,

solidarizarse o apoyarse conjuntamente. De esta manera el alumno practica los

valores y reflexiona en torno de ellos, y a la relación cordial y respetuosa con

los compañeros.

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Además, cuando un adolescente se encuentra en una sesión de educación

física emplea capacidades sensoriales y perceptivas que le permiten obtener

información, resolver problemas y situaciones durante la acción, ubicarse

en el tiempo y el espacio (en un momento o contexto determinados), y coordinarse

con otros mediante su propio cuerpo, tomando en cuenta en dónde se

hallan y quiénes son los demás compañeros. Simultáneamente, necesita controlar

su cuerpo para tener un dominio de él, y expresar actitudes positivas para la

convivencia porque también los otros están en actitud de acción.

Acorde con el enfoque pedagógico actual de la educación física, en el

que se plantea tomar en cuenta las características, las necesidades y los intereses

de los adolescentes, reconocer sus propias potencialidades como individuos y

brindarles confianza para que sean capaces de acrecentar sus diversas capacidades,

la escuela secundaria puede fortalecer conocimientos, desarrollar competencias

y comportamientos mediante la acción de los estudiantes, a fin de que

continúen su formación escolarizada y sigan aprendiendo a lo largo de su vida.




Concepciones y enfoques más comunes que se expresan en el trabajo con la educación física

A la educación física se le destina atender el cuerpo humano, que comúnmente

es concebido como lo físico. Al respecto, es necesario tener siempre presente

que las ideas o los modos de tratar y atender al cuerpo, así como la forma en que

se expresan estas concepciones, han ido cambiando a lo largo de la historia de

la humanidad, produciéndose una gran diversidad.

En la educación física se manifiestan con claridad las variadas formas de

pensar respecto al cuerpo y de actuar con él. Así, por ejemplo, se puede encontrar

una concepción que considera al cuerpo como un recurso biomecánico

–organismo biológico que tiene un funcionamiento motor y que mediante la

actividad física se mantiene en forma y saludable– y que privilegia la práctica

del ejercicio físico –hacer abdominales, lagartijas, sentadillas, etcétera. Desde

otra concepción, la educación física promueve el control o la disciplina corporal,

al considerar que el cuerpo se debe mover con base en patrones rígidos,

uniformes o muy coordinados, por ejemplo, las órdenes que se dan al marchar:

paso corto, tomar distancia, media vuelta, entre otras formas. Otra concepción

más se funda en la idea del cuerpo-máquina y busca el perfeccionamiento de

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las capacidades físicas básicas con que cuenta cada ser humano: velocidad,

resistencia, fuerza y flexibilidad; por lo que enfatiza la realización de rutinas

de ejercicio con cierta carga de trabajo, además de la repetición mecánica o

reiterada de secuencias de movimiento; estas actividades tienen un mayor acercamiento

con el entrenamiento físico intensivo. Un ejemplo de concepción

del cuerpo que trasciende a la educación física es aquella que prioriza el sentido

de lo expresivo: un ser humano, al actuar corporalmente, puede encauzar

emociones, manifestar deseos por jugar y hacerlo, así como poner a prueba sus

facultades personales.

Las concepciones del cuerpo como recurso biomecánico, del cuerpo

disciplinado, del cuerpo máquina y del cuerpo expresivo, son algunas de las

que privan, en menor o mayor medida, de manera aislada o entremezcladas,

en la práctica actual de la educación física en las escuelas de educación básica

y, en particular, en las escuelas secundarias.

Por otro lado, la enseñanza de la educación física en la secundaria ha

estado tradicionalmente orientada por un enfoque deportivo que ha priorizado

la medición y la cuantificación de las capacidades físicas de los adolescentes;

por ejemplo, la estandarización de sus capacidades de saltar (a lo alto y a lo

largo), de correr, de hacer abdominales y de resistencia aeróbica (correr sin

detenerse durante cierto tiempo, entre otras posibilidades). En este enfoque

prevalecen la medición y el registro de las capacidades físicas y el desempeño

físico vinculados a la eficiencia del movimiento; asimismo, con la aplicación de

este enfoque, en ocasiones corre paralela la concepción de que el cuerpo es lo

físico y la mente es ajena o incluso contrapuesta a él.

En ese marco conceptual y de enfoque de la educación física, la sesión

de trabajo con los alumnos de secundaria ha sido estructurada conforme al tratamiento

de lo deportivo y su intención ha sido buscar, desarrollar o seleccionar

jóvenes con talento. El estilo de enseñanza se centra en el mando directo,

en que el docente presenta una consigna de trabajo a los estudiantes y les dice

cómo deben llevarla a cabo –muestra el modelo–, los adolescentes observan,

escuchan y reproducen de manera mecánica el movimiento. Con este estilo se

privilegia, sobre todo, la repetición de fundamentos deportivos y un modelo

vertical de enseñanza que tiene dos partes: en la primera se ejecutan, reiteradamente

y por separado, los fundamentos de un deporte, es decir, sin el con


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 ni tampoco se brinda una

formación adecuada para todos los alumnos, sino que se selecciona a los más

aptos o hábiles.
texto del juego; y en la segunda se pasa a jugar, suponiendo que los alumnos

sabrán integrar y aplicar los fundamentos aprendidos a las distintas situaciones

que implica la acción deportiva. Los resultados de este enfoque en secundaria

han sido limitados, entre otras razones, porque se omite formar y concentrar la

atención de los estudiantes en los procesos relacionados con el desarrollo del

pensamiento táctico y de la actuación estratégica, que son indispensables para

saber cómo jugar, cómo resolver situaciones diversas en el contexto del juego,

cómo desenvolverse y moverse con o entre otros compañeros –dependiendo

de la naturaleza y las reglas del juego–, y cómo alcanzar el móvil o la razón del

juego deportivo; además, con este enfoque no se atiende en los adolescentes la

depuración de habilidades motrices de tipo abierto

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